lunes, 28 de septiembre de 2015

Escultura.
Sus distintas manifestaciones han alcanzado un notable desarrollo, gracias al nivel de producción creativa de los artistas que emplean diversas técnicas y materiales para concebir sus obras.
Tiene mucha aceptación la escultura de máscaras en cuya elaboración se utiliza papel maché, moldes de barro, madera o tula (producto vegetal). Su relieve es destacado con lindos y llamativos colores, predominando el rojo, y demás contrastes espectaculares. Las máscaras son originarias de Parita, provincia de Herrera, aunque también han ganado espacio en Los Santos, así como en la ciudad de Panamá.
Las tallas en madera tienen en el grupo indígena de los Chocoes a sus mejores exponentes al ser los más cotizados en un arte donde las herramientas más utilizadas son el cuchillo y unas buenas manos.
La tagua es una palmera de tallo corto y corona muy frondosa que produce una semilla cuyo endospermo muy duro es el marfil vegetal que tiene diversos usos. Pues bien, esculpir en tagua es harto difícil y el mayor exponente de este arte ha sido un indio escultor emberá, del Darién, llamado Selerino Checarama, quien se hizo famoso desde 1990.
Con presencia significativa en los carnavales o en el desfile de Navidad, también tiene su espacio la denominada escultura popular. Del mismo modo han proliferado las obras forjadas en barro, labor sumamente sencilla y rudimentaria con resultados increíbles donde la señora Yolanda Mosquera ha sentado cátedra entre los artistas más connotados.

Amado Arjona Duque 

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